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1. Introducción.

Permítaseme la licencia de acuñar un vocablo que la mayoría de Vds. deducirán que deriva del nombre de una conocida plataforma digital de contratación de servicios de transporte de viajeros entre particulares. Esta plataforma pone en contacto a usuarios (demanda) con propietarios de vehículos particulares que ofrecen el mismo servicio que realizan otras categorías profesionales del transporte de viajeros, legalizadas en régimen de servicio público.

Por uberización, en sentido estricto, se entendería la irrupción desordenada en el sector del transporte de viajeros (evitable) de un nuevo colectivo pseudoprofesional, caracterizado por el hecho de que el conductor, propietario del vehículo, es un particular no sometido a la normativa propia de otras categorías profesionales del sector que sí precisan de un título de transporte público.

Así pues, este artículo pretende presentar de la manera más objetiva posible la trascendencia de un fenómeno ambivalente que representa a la vez una seria amenaza de alcance sectorial, pero también un desafío social e institucional, pues de como nos aproximemos y gestionemos este fenómeno dependerá la calidad del modelo socio-económico de las próximas generaciones.

2. Prohición Vs. Integración. El falso debate.

De acuerdo con la densa normativa vigente, solo los profesionales de unas determinadas categorías de profesionales del sector del transporte de viajeros disfrutan de reconocimiento legal. Este opera a través de las tarjetas de transporte emitidas por las Administraciones autonómicas que tengan cedida esta competencia.

La normativa actual no contempla la posibilidad de realizarla de forma privada, por lo que la irrupción y consolidación de un nuevo entorno de contratación digital entre particulares urge a las instituciones a realizar un esfuerzo en su adaptación a un situación inexorable frente a la que no cabe otra alternativa que no sea la de la armonización.

Así pues, dado que esta prohibición resulta inaceptable para cualquier sociedad con un mínimo de cultura democrática, el debate sobre la conveniencia de su integración o exclusión es estéril, pues solo cabe contemplar un escenario de integración .

3. “Uberización” . Efectos.

a) Sectoriales.

Una Uberización en el sector del transporte de viajeros tendría como consecuencia un escenario indeseable caracterizado por la precarización de las condiciones laborales, la ausencia de seguridad jurídica y el deterioro de la calidad del servicio. Estos efectos vendrían acompañados de una alta conflictividad sociolaboral con sus correspondientes afectaciones en el orden público y en la vida ciudadana. En definitiva, aboca a un escenario de decadencia.

b) Sociolaborales

La extensión al resto de sectores de actividad del escenario descrito para el sector del transporte de viajeros, como consecuencia de un “efecto contagio”, comportaría la definitiva consolidación de un modelo económico basado en la precariedad, degradando todavía más las condiciones de una economía “low cost” que no parece sostenible en una economía que tiene que cubrir el “social cost” de sus pensiones y demás prestaciones asistenciales.

4. Escenarios resultantes

En cualquier caso, y venga la solución de donde venga, corresponderá a las Administraciones competentes habilitar una respuesta desde un punto de vista jurídico-administrativo.

Es ahora cuando el legislador y el político tienen la ocasión de actuar como auténticos gobernantes, afrontando el cambio de paradigma y anticiparse a una realidad inexorable frente a la cual se aparecen únicamente dos posibles escenarios:

a. Decadencia

A este escenario se llega a través de una mala interpretación de la situación, así como de una estrategia negligente.

Bajo el término de actuación negligente se incluiría tanto una oposición frontal a la integración de nuevas fórmulas de base “colaborativa”, como una regulación que, irresponsablemente, le ofreciera una cobertura legal ilimitada.

Una actuación negligente por parte de la Administración, por acción o por omisión, abriría las puertas a una nueva categoría “pseudoprofesional”, de contornos difusos, carente de reconocimiento legal y, en consecuencia, fuera de cualquier tipo de control por parte de la Administración.

Así pues, respuestas inadecuadas por parte de los organismos reguladores abocan al sector a un escenario marcado por la inseguridad jurídica, la conflictividad cívica y socio-laboral y, finalmente, a una inevitable pérdida del valor de las licencias que constituyen verdadero fondo de pensiones de hecho de los profesionales del transporte que se jubilan.

b. Progreso

Este escenario resultaría de la aplicación de una estrategia encaminada a una integración gradual, no traumática, que atendiera al interés general de una sociedad en proceso de transformación.

Es labor que corresponde a una Administración eficaz y diligente, impulsar fórmulas de consenso que permitan una integración gradual y adecuada a la demanda. Fórmulas que amparen y estimulen la competencia como vía de comprobada eficacia en términos de salvaguarda del interés general.